Tratamientos para combatir las várices
Hombre como mujeres sufren estas molestas dilataciones de las venas que suponen dolor, pesadez y presión para quien las sufre. La cirugía de varices surge como una solución rápida, eficaz e indolora.
Estar demasiado tiempo de pie, no practicar deporte, sufrir sobrepeso o la herencia genética, son las principales causas de la aparición de esta dolencia. Las varices afectan a las venas, normalmente de las piernas, de manera que éstas se dilatan, aumentan de volumen y se hacen tortuosas, volviéndose visibles a través de la piel. Además, del efecto antiestético que producen, los síntomas pueden ser muy molestos para la vida diaria ya que producen dolor, una sensación de hinchazón y piernas pesadas e, incluso, calambres. En muchas ocasiones, las mujeres suelen ser las grandes afectadas de esta afección y si trabajan de pie, los problemas no hacen más que agravarse. En los casos más graves, pueden llegar a producir úlceras y trombosis.
El tratamiento
El momento ideal para tratar las varices es el momento de su aparición ya que con el paso del tiempo los síntomas se van agravando y van apareciendo nuevos problemas derivados, cada vez más difíciles de tratar.
La cirugía para tratar las varices es un método mínimamente invasivo para la eliminación de esta afectación de las venas. Existen 3 tipos de intervenciones mediante las cuales tratar las varices:
- Cirugía clásica. Método mediante el cual se extirpan los capilares dilatados a través de microincisiones definitivamente para toda la vida. Por esta razón, gran parte de la comunidad médica descarta esta solución frente a otras menos agresivas que han surgido posteriormente. Tras esta intervención, el paciente tendrá que quedar ingresado al menos un día en el hospital y permanecer en reposo absoluto varios más.
- Radiofrecuencia. Esta técnica se basa en la aplicación de una energía térmica (radiofrecuencia) a través de un catéter. De esta manera, se introduce una fibra por el interior de la vena dilatada, provocando su cierre y desinflamación. Con este método se descongestionan la mayoría de capilares (excepto en un caso muy grave que se tendrá que extirpar), de modo que no se merma la calidad de vida del paciente.
- Láser. Un láser penetra en las paredes venosas dilatadas y las trata de restaurar a su estado natural, sin afectar al resto de capilares sanos.
Tanto el láser como la radiofrecuencia son dos técnicas que se realizan de forma ambulatoria y con anestesia local, además, tienen un postoperatorio llevadero y un tiempo de recuperación mucho menor que en la cirugía convencional. En ambos casos, los resultados son visibles en pocos días tras alguna hinchazón o molestia inicial que es completamente normal al principio. Los riesgos de posteriores infecciones desaparecen drásticamente puesto que no se realiza ninguna incisión o cicatriz que se pueda ver afectada.
Elección del método y prevención
Para determinar el método más adecuado para cada paciente, existe un nuevo tipo de ecografía llamada Eco-Dopler que ya es un prueba obligatoria antes de tratar muchos de los problemas de circulación. Independientemente del tipo de intervención al que se someta el paciente, está demostrado que 4 de cada 5 no tendrán que volver a pasar por quirófano por esta dolencia porque las venas tratadas no volverán a verse afectadas. Igualmente, existe la posibilidad que por predisposición genética vuelvan a aparecer varices imposibles de controlar.
Hemos de tener en cuenta que aunque se eliminen las varices se deben seguir unas pautas para que no vuelvan a aparecer. Una buena dieta, caminar habitualmente, evitar el sobrepeso, beber mucha agua, tener las piernas elevadas mientras se duerme o se descansa y no abusar de los tacones, son sólo algunos de los consejos que les podemos dar para evitar las varices.
Las varices afectan al 20 % de la población mundial mayor de 14 años, siendo las mujeres las grandes afectadas puesto que una de cada 2 las sufre normalmente.