Liposucción: los cuidados postoperatorios que aseguran los mejores resultados
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Todos queremos un cuerpo esbelto, con una figura que aumente los atributos y reduzca las imperfecciones. El mundo de la medicina estética y plástica cuenta con una gran variedad de opciones para hacer realidad nuestros deseos, entre los que podemos destacar la liposucción, considerada como una de las operaciones plásticas más populares en Chile.
Entre las varias intervenciones para el remodelado del cuerpo, la liposucción es aquella que, en líneas generales, permite una recuperación postoperatoria más rápida y, por tanto, la recuperación de la actividad normal requiere de un tiempo muy breve. Gracias a la técnica actual de tumescente y al uso de finas cánulas, la intervención tiene un elevado margen de seguridad, además de un poca posibilidad de efectos secundarios y complicaciones. A pesar de ello, es muy importante seguir un protocolo de cuidados tras la intervención que van encaminados a acortar el tiempo de recuperación a la par que obtener unos mejores resultados estéticos.
Las ventajas conseguidas con la liposucción son notables, pero es indispensable seguir unas sencillas reglas para optimizar sus resultados, y mantenerlos estables en el tiempo.
La importancia de usar la faja correspondiente
Durante las primeras horas tras la operación es normal observar un drenaje de fluidos en los puntos en los cuales han estado insertadas las cánulas. Se trata simplemente de líquido que ha sido inyectado en la zona a tratar antes de la succión con el fin de permitir la eliminación del tejido adiposo de forma segura y delicada.
Paralelamente se formará una leve equimosis y la parte tratada aparecerá hinchada y tensa.
Esta fase de reacción aguda dura un máximo de una semana, tras la cual tiende a atenuarse, luciendo inmediatamente los efectos positivos del tratamiento en el perfil corporal.
En los primeros días, cuando aún están presentes los puntos de sutura o los steri-strip que cubren las pequeñas incisiones, la paciente no debe hacer nada más que moverse, caminar y hacer movimientos leves y delicados para ayudar a la circulación y los drenajes de los líquidos.
Para este propósito, en la sala de operaciones se adosa una especie de faja compresiva que es indispensable para contener el edema y mantener la adhesión de los tejidos.
Después de algunos días, quitando la faja durante breves espacios de tiempo, se puede tomar una ducha caliente, teniendo mucho cuidado con el área tratada en la intervención, pero debe evitarse completamente la inmersión en el agua, ya sea en la bañera, en el hidromasaje o en el mar, así como la exposición al calor excesivo de la sauna, el baño turco o la piscina.
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Algunos cuidados importante tras la operación
Las incisiones, aunque sean mínimas, deben mantenerse secas, además de ser revisadas continuamente para observar cualquier signo de irritación que pudiera aparecer. La presencia de rojeces o un aumento de la tumefacción son signos de posible infección, por lo que será necesario avisar rápidamente al médico, el cual prescribirá los medicamentos adecuados para solucionar el problema, consiguiendo que las heridas cicatricen de un modo óptimo y sean poco visibles.
Es posible advertir, durante los primeros días, un cierto malestar y dolor en la zona en la que se ha llevado a cabo la succión adiposa; la faja compresiva contribuye a controlarlo, pero si es necesario, se puede pedir al médico algunos medicamentos que ayuden a aliviarlos. En cualquier caso, es importante no tomar aspirinas o cualquier otro antiinflamatorio con principios activos similares por un par de semanas: este medicamento puede aumentar el drenaje de líquidos y los moretones.
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Por norma general, el cirujano adopta todas las medidas posibles para evitar que la piel aparezca relajada tras la intervención, utilizando, por ejemplo, la aspiración superficial para favorecer el aumento del tono del tejido. Además, el cirujano controla durante la operación la simetría y armonía de los resultados, evitando que se formen irregularidades y depresiones. El uso de la faja compresiva, que no es incómoda y permite usar ropa normal, sirve para consolidar los resultados, por lo que es recomendable su uso durante las tres o cuatro primeras semanas.
Transcurrido el primer día, es aconsejable someterse a un ciclo de masaje de drenaje linfático para favorecer la reabsorción de la hinchazón, acelerando y promoviendo la curación.
Las primeras semanas de convalecencia son cruciales, ya que en este periodo el edema se atenúa gradualmente, lo que es importante para perfeccionar y consolidar los resultados, y que cinco o seis meses más tarde sean los que esperabas.
El remodelado corporal que se ha conseguido obtener con gran esfuerzo es el mejor incentivo para adoptar un estilo de vida saludable, controlar la dieta y reducir el tabaco y el alcohol, recordando siempre que el ejercicio físico y un peso estable es el mejor modo para conservar durante más tiempo los beneficios de la liposucción. Recuerda que las intervenciones para bajar de peso no son definitivas, por lo que gran parte de la responsabilidad de que la persona permanezca delgada recae en ella misma.
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