Cuidados y dudas de Abdominoplastia
Abdominoplastia o cirugía del abdomen, es una intervención quirúrgica de reconstrucción de la pared abdominal, está indicada para reducir el exceso de volumen y flacidez de la piel del abdomen, provocados por la acumulación de tejido graso y falta de tonicidad en la musculatura abdominal.
El Drenaje Linfatico, es un tipo de masaje especial que se aplica en distintas zonas para favorecer la circulación de la linfa y ayudar a eliminar edemas y exceso de líquido. Una vez que se hayan retirado los drenajes y la herida haya cicatrizado, si sigue existiendo inflamación en la zona del abdomen, los masajes linfáticos pueden ser de ayuda para reducirla. Eso sí, siempre se habrá de consultar primero con el médico y recurrir a manos expertas, ya que una mala praxis puede resultar extremadamente contraproducente
Es poco habitual notar dolor en la herida, ya que se produce una pérdida de sensibilidad en la zona, especialmente durante las primeras semanas. La sensibilidad se irá recuperando poco a poco, pudiendo tardar hasta varios meses. Sí es más habitual experimentar dolor en la pared abdominal, fruto de la tensión y la inflamación. En todo caso, nada que no se pueda sobrellevar fácilmente con los analgésicos.
En lo que respecta a la cicatriz, ubicada en la zona baja del abdomen, su tamaño dependerá de las necesidades de cada paciente. Sea como sea, los puntos son internos y la herida estará completamente cerrada en 10-15 días. Durante este tiempo, y hasta unas semanas después, es muy importante realizar las curas indicadas por el médico para evitar cualquier riesgo de infección y favorecer la cicatrización.
Lo habitual es que en torno al mes o mes y medio la recuperación se haya completado. La inflamación habrá desaparecido del todo (o prácticamente del todo), las heridas habrán cicatrizado y el paciente podrá hacer vida normal. También se procederá a la retirada progresiva de la faja de compresión, evaluando la respuesta del paciente al dolor y la presión. Es muy probable que se mantenga cierta hipersensibilidad en la zona durante un tiempo, cuya duración variará en función de la persona. Las Cicatrices aunque ya estarán curadas, aún serán muy visibles en esta fase. Con el tiempo irán volviéndose más y más imperceptibles hasta que, alrededor del año tras la intervención, ya sean completamente disimulables.
Una vez que se ha completado la recuperación, el resultado final esperable es un vientre mucho más plano y firme en el que la flacidez y la piel colgante han desaparecido. Además, con el tiempo, las cicatrices se van disimulando hasta volverse casi imperceptibles. ¿Qué no debemos esperar de la abdominoplastia? Sobre todo hay que tener en cuenta que no se trata de una intervención para adelgazar. Puede ser el paso definitivo para conseguir un vientre plano tras un proceso de pérdida de peso, o para eliminar la flacidez tras un adelgazamiento intenso, pero nunca debe recurrirse a ella para combatir el exceso de peso.
Las semanas siguientes a la operación, especialmente la primera, requieren reposo relativo para facilitar la curación de las heridas. Durante este tiempo es muy importante caminar y descansar y cuando descanse permanecer en cama con el torso elevado para relajar la piel del abdomen y evitar la tensión sobre la herida. Otras recomendaciones importantes son:
- Seguir la pauta de medicación dictada por los especialistas (principalmente, analgésicos para el dolor).
- Controlar la dieta, evitando comidas copiosas y pesadas. Es crucial beber muchos líquidos para favorecer el drenaje.
- Una vez retirados los drenajes, se deberá lavar y curar a diario la herida siguiendo las instrucciones de los médicos.
Poco a poco, se deberá ir incorporando más actividad, como pequeños paseos por la casa, para evitar que se formen edemas y ayudar a reducir la inflamación. Eso sí, evitando realizar grandes esfuerzos que puedan resultar contraproducentes. Es recomendable también no usar prendas ajustadas hasta que toda la zona esté recuperada.
La faja está diseñada específicamente para disminuir el dolor y la tensión sobre los músculos abdominales, evitando que realicen esfuerzos innecesarios que afecten a la zona tratada. Además, la comprensión es necesaria para que los tejidos desplazados se adapten a su nueva posición. Dada su importancia, la faja se debe llevar día y noche durante, al menos, un mes y medio. Transcurrido este plazo, se irá retirando progresivamente en función de la respuesta al dolor.
Se debe respetar el tiempo y el descanso suficientes para que las heridas cierren adecuadamente pero, a la vez, una inactividad demasiado prolongada puede provocar otros problemas como edemas o coágulos. Por lo general, el plazo promedio para una recuperación completa y satisfactoria es de en torno a un mes, mes y medio.
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