¿Cuál técnica en abdominoplastia es la indicada para ti?
De todas las cirugías plásticas existentes, la abdominoplastia es considerada como una de las que más beneficios le puede otorgar a los pacientes, entre los que podemos destacar el poder obtener un abdomen liso, terso y bien definido, sin dejar de mencionar la pérdida de la flacidez de la piel en la zona tratada, y de la molesta grasa localizada difícil de eliminar con ejercicio.
El haber perdido peso, o simplemente el pasar de los años, provocan que el abdomen se ponga flácido y represente complejos e inseguridades, por suerte han aparecido diversas técnicas que ayudan a corregir la estética del vientre, entre ellas destacamos la abdominoplastia inversa, abdominoplastia invertida y abdominoplastia ascendente.
La abdominoplastia, también llamada como lipectomía, es un procedimiento quirúrgico que termina con la flacidez abdominal. El procedimiento logra lucir un vientre plano debido a que se extrae la grasa y la piel sobrante. El problema de la cicatriz, es sin duda, lo más preocupante, por lo tanto, el trabajo delicado y pulcro del especialista es fundamental para que la herida sea menos visible.
Abdominoplastia inversa
Este método se encuentra diseñado para tratar aquellos casos en los que la grasa se acumula en la zona superior del ombligo y en las que el aspecto de la piel se encuentra distendido o flácido. Su procedimiento quirúrgico se encarga de extraer el exceso de piel grasa en la zona abdominal y consiste en tratar la zona superior del ombligo a la zona del pecho, realizando la incisión en los surcos mamarios inferiores. A fin de lograr excelentes resultados, el procedimiento se combina con una Lipoescultura, por lo cual la cicatriz no es visible.
En los resultados el paciente puede observar un abdomen con piel más tersa, puesto que el procedimiento consiste en eliminar de manera definitiva la flacidez superior que presentaba el abdomen. Los efectos comienzan a hacerse visibles desde el primer momento, pero la recuperación tarda entre 10 a 15 días. Para obtener una mejor recuperación, es muy importante seguir las indicaciones del especialista al pie de la letra. Se sugiere acudir a los controles pertinentes en el transcurso del postoperatorio para así poder retomar las actividades cotidianas de manera normal.
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Abdominoplastia invertida
Este es otro tipo de abdominoplastia que utiliza una técnica diferente, el procedimiento consiste en trabajar justo debajo del pecho para poder extraer la grasa sobrante, el exceso de piel y corregir también la región abdominal. Se recomienda para los pacientes que buscan eliminar grasa localizada en una determinada zona en específico, encima del ombligo.
El tratamiento se realiza debajo del pecho y es ahí donde queda la cicatriz. En aquellas pacientes que se han sometido a una reconstrucción mamaria, se puede emplear la misma cicatriz para realizar la abdominoplastia invertida.
Para su procedimiento se requiere anestesia general y se necesita entre dos y cuatro horas en quirófano. Al igual que las demás abdominoplastias, el procedimiento consiste en reafirmar la pared muscular del abdomen, reafirmar la piel y eliminar la grasa excedente. En el postoperatorio suelen haber pequeñas molestias que se manifiestan después de haberse sometido a la intervención. Es normal sentir rigidez en la zona abdominal, pero no hay que preocuparse, ya que pasa después de unas horas.
Es importante que el paciente evite todo tipo de ejercicio o actividad que implique realizar gran esfuerzo o movimientos bruscos. Además, el paciente debe ser consciente de que el abdomen se pone en funcionamiento incluso sin realizar actividad física en esta zona. Para evitar y/o aminorar las molestias, el especialista recomienda el uso de una faja durante cinco semanas en el postoperatorio.
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Abdominoplastia ascendente
Es la menos solicitada de las técnicas de abdominoplastia. Se trata de la extracción de la piel y grasa de la parte alta del abdomen. La cicatriz que se realiza es submamaria. Es bastante parecida a la inversa, sin embargo, solo es utilizada en aquellos situaciones donde existen defectos que compliquen la vascularización del colgajo abdominal.
Nos referimos a cicatrices, hernias o cuando la piel de esta zona se utilizará para una reconstrucción mamaria, igualmente está indicada para aquellos pacientes que se han sometido a cirugías combinadas de abdomen y busto. En general, es una técnica diseñada para aquellos pacientes que presentan una piel en malas condiciones o que cuentan con cicatriz vertical que afecta a la estética del abdomen. Es el procedimiento ideal para aquellos casos que sólo requiere una minidermolipectomía superior.
Es un procedimiento sencillo y de rápida recuperación. En algunas técnicas se aprovechan las cicatrices que la paciente pueda presentar en el surco submamario. Se opta por anestésica local y se trabaja con el diseño de la cicatriz para que no quede expuesta en el escote, disimulándola satisfactoriamente.
Si presentas flacidez abdominal o has perdido tono muscular, es importante que acudas a un especialista en cirugía plástica abdominal, quien evaluará tu situación, y viendo el estado en el que se encuentra tu abdomen, determinará la mejor técnica para resolver este problema estética y emocional. Es importante informarse y resolver todas las dudas antes de la intervención, para no tener complicaciones e inseguridades el día de efectuar el tratamiento. Asimismo, es de alta importancias, tras la realización de la cirugía, seguir todos los pasos indicados por el médico, para lograr óptimos resultados estéticos.
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