¿Qué es la cuperosis y cómo se trata?
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La piel es un órgano muy sensible, que al mismo tiempo está más expuesto a afecciones que el resto de nuestro cuerpo. De ahí la importancia de tener una buena higiene y aplicar productos protectores que eviten al máximo problemas cutáneos, como por ejemplo, la cuperosis, de la cual hablaremos con más detalle a continuación.
El enrojecimiento facial afecta principalmente a mujeres con pieles blancas y sensibles, lo cual está ligado a problemas de microcirculación, que hace que se formen pequeños várices en la dermis. La cuperosis es una lesión de la piel que afecta en mayor número a mujeres. Consiste en un enrojecimiento crónico de la cara debido a la dilatación de los capilares que provoca una eritrosis facial. Si los capilares se dilatan de manera permanente, dicha eritrosis da lugar a una telangiectasia, provocando la aparición del enrojecimiento facial.
¿Por qué aparece la cuperosis?
Suele darse en mujeres mayores de 30 años que ya presentan signos de fragilidad capilar. Estas lesiones, que suelen evidenciarse sobre las mejillas, a ambos lados de la nariz o en la frente, no conllevan riesgos para la salud, pero resultan antiestéticas.
A pesar de ello, hay que examinarlas detenidamente, ya que detrás de algunas de ellas puede haber un problema dermatológico de fondo, una enfermedad conocida como rosácea o acné rosácea, en cuyo caso la piel del rostro se llena de pápulas o pústulas.
Entre las causas de la cuperosis encontramos factores genéticos y/o emocionales, falta de vitaminas, alimentación poco equilibrada, cambios bruscos de temperatura, consumo excesivo de alcohol, disfunción hepática o intestinal, y disfunción hormonal.
Parece existir una clara relación entre la cuperosis y algunas profesiones que se desarrollan en ambientes con grandes cambios de temperatura, como campesinos, marineros o cocineros, cambios que provocan la vasodilatación y vasoconstricción de los capilares.
Efectos detonantes para la cuperosis
Ten en cuenta que algunas acciones o agentes externos pueden contribuir con la aparición del problema, como es el caso de:
- Cambios abruptos en la temperatura. Este es un detonante para que los vasos sanguíneos se dilanten, haciendo que la piel pierda su buena elasticidad, que a su vez la hace más propensa a sufrir de afecciones cutáneas.
- Golpes en la piel. Tanto los pequeños que parecen inofensivos, como los más traumentes, pueden promover la aparición de rojeces.
- Temperaturas extremas. Un ambiente muy caluroso o un frío excesivo, puede afectar de manera negativa el correcto comportamiento de la piel. De hay la relación entre la enfermedad y las profesiones previamente mencionadas.
- Contar con hábitos poco saludables. Tanto el consumo excesivo de bebidas alcohólicas como el tabaco generan problemas en la microcirculación de la piel, haciendo que esta se desgaste y tenga un tono más envejecido, además de estimular la formación de problemas.
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- Exposición a los radicales libres. El sol puede ser uno de los mayores enemigos de la piel, sobre todo en las horas donde sus rayos son más intensos, por lo que no es de extrañar que una exposición prolongada de la piel al sol pueda detonar en problemas, como en este caso la cuperosis.
- Aplicar productos agresivos para la piel. No todos los cosméticos son positivos para el cuidado de la piel, sobre todo si esta es sensible. Determinados jabones, cremas o incluso lociones de afeitar, pueden producir efectos adversos en la piel.
- Problemas emocionales. El estrés, miedo, nerviosismo, o incluso la depresión, puede reflejar efectos directos en la composición de nuestra piel. Es curioso resaltar que este detonante también se puede percibir en otros problemas de la piel, como en el caso de la rosacea o incluso en algunas dermatitis.
- Cambios hormonales. El embarazo, la menopausia, o incluso la adolescencia, hacen que las hormonas encargadas de que la piel esté en buen estado se alteren, promoviendo afecciones.
- Alimentos muy calientes o picantes. Este es un detonante altamente conocido, que por lo general, se recomienda evitar cuando una persona está sufriendo un episodio de una afección de la piel.
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¿Cómo se trata la cuperosis?
A día de hoy la medicina estética ha avanzado mucho. No existe un tratamiento que la elimine por completo, pero sí se puede tratar para que no empeore. Se aconseja que se consulte con un médico especializado en dermatología, que se encargará de examinar el grado de las lesiones y determinar el producto tópico más acorde en cada caso, valorando siempre los riesgos y beneficios para la paciente. Asimismo, este profesional podrá aconsejar cosméticos calmantes y descongestivos para frenar su empeoramiento.
Tratamientos como la luz pulsada, pueden dar unos resultados satisfactorios, pero será el dermatólogo quien aconseje su uso. En los últimos tiempos también se está empleando el láser Kpt y el Dye láser para tratar la zona afectada. El número de sesiones dependerá de la gravedad de las lesiones, pero normalmente se necesitan entre 2 y 5 sesiones para notar mejoría.
Además, se recomienda el empleo de cremas con alta concentración de protección solar, con el fin de evitar que los efectos del sol empeoren la dilatación de los capilares.
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