¿Decepcionada tras malos resultados de una Rinoplastia?
Cuando decidimos someternos a una rinoplastia o cualquier tratamiento estético que siempre hemos soñado, esperamos que los resultados sean óptimos y que nos solucionen en cierta medida, complejos estéticos o bien complicaciones de salud. Es por esto que confiamos y nos entregamos a las manos del especialista para que mejore nuestra apariencia y elimine nuestros problemas.
La rinoplastia es una operación compleja y delicada que requiere de elevados conocimientos quirúrgicos, de peripecia y gran experiencia, pues conllevan un post operatorio y recuperación un tanto molesta y dolorosa. Cuando finalmente nos quitan los tapones, podemos respirar sin sentir la nariz taponada y sin sufrir dolor, la inflamación ha bajado y podemos mirarnos al espejo sin asustarnos, lo que menos queremos es comprobar que el resultado estético no es el esperado, o que la intervención impide poder respirar con normalidad.
No podemos dejar de obviar que el resultado estético es sumamente importante, pero el resultado funcional es vital. Asegurar que la nariz cumpla su función adecuadamente es indispensable cuando se realiza una rinoplastia.
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¿Cuáles son las posibilidades de un mal resultado en una rinoplastia?
Como cualquier intervención quirúrgica, antes de someterse a una rinoplastia, el cirujano debe valorar la operación, examinar al paciente, leer su historial médico, observar los resultados de los exámenes e investigar de manera detallada la zona de la nariz, las características de los huesos, cartílagos y tejidos, cómo llevará a cabo la intervención y que riesgos pueden presentarse en relación a las observaciones del paciente.
Es con toda esta información que, el especialista plantea la cirugía de manera que se realice bajo los menores riesgos posibles.
Algo que siempre recomendamos es tener la claridad y confianza en el médico que realizará el procedimiento, que sea cualificado con experiencias recomendables, garantizando así la calidad de la cirugía en el pre y post operatorio, en la operación en sí y en los controles.
¿Qué complicaciones pueden presentarse tras realizar una rinoplastia?
Numerosas y variadas fuentes estipulan que entre un 5 y un 30% de las operaciones de cirugía de nariz tienen complicaciones. En ocasiones, estos problemas son básicamente leves, como hematomas, infección o inflamación. Pero en otros casos, llegan a ser más graves. Es el caso, por ejemplo, de la ceguera postrinoplastia, del absceso craneal, de las hemorragias, del shock séptico o de la aparición de meningitis.
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En su mayoría, hablamos de complejidades inherentes a cualquier proceso quirúrgico, donde el post operatorio y el periodo de recuperación pueden complicarse. Entre otras complicaciones visibles están también los malos resultados estéticos o funcionales derivados de un erróneo examen médico o de la poca pericia del cirujano, pues la intervención ha ocasionado un empeoramiento de la apariencia estética o una incapacidad funcional.
Las dificultades más comunes son las siguientes:
- Nariz pinzada: Es la que aparece cuando se ha realizado una extracción severa del cartílago alar que ha provocado un estrechamiento destacado de la punta nasal. También puede producirse como consecuencia de haber puesto las suturas muy apretadas en esa zona. Esta complicación apunta al lado estético y funcional, pues conlleva a una obstrucción respiratoria debido al colapso de la válvula nasal. Para evitar que esto suceda, los cirujanos utilizan injertos de cartílago, derivados del canal auricular, para reforzar el cartílago o el tabique antes de la resección.
- Pico de loro: Esta deformidad se produce cuando la unión entre la punta y la suprapunta no es la adecuada porque el tamaño de esta última es mayor. El posible origen de este resultado pueda ser una cicatrización exagerada de la suprapunta, pero también puede deberse a la pérdida del cimiento de la punta nasal o bien, a problemas en la extirpación del caballete óseo o del dorso cartilaginoso.Si después de realizar el tratamiento la nariz se parece al pico de loro, se debe acudir al cirujano tratante para que estudie el origen de esta deformación, ya que tiene que ser evaluada y tratada de manera más específica y delicada.
Si esta deformación se debe a que ha cicatrizado en exceso, el médico probará a inyectar esteroides en la nariz. Si el problema persiste, habrá que intervenir nuevamente para extraer parte de ese tejido de más. Y bien, si el problema ha sido que se ha sobrepasado la extirpación del caballete óseo, el cirujano colocará un injerto, y en el caso de estar en una resección escasa del dorso cartilaginoso, tendrá que extirpar más tejido. La pérdida del soporte de la punta puede solucionarse con la inserción de un puntal en la columela.
- Nariz achatada: En este caso se debe a una extirpación exagerada de parte del dorso cartilaginoso, lo que origina que el dorso nasal esté hundido porque el soporte de la bóveda nasal no es el adecuado. No se trata únicamente de una cuestión estética, pues esta deformación genera bastante obstrucción nasal y problemas en la respiración. Para esto los cirujanos tienden a dejar 15 mm de grosor cuando intervienen, para evitar que se produzca este obstáculo. La solución pasa por colocar un injerto óseo o realizado de material aloplástico.
- Caída de la punta: Esta deformación implica la pérdida del ángulo nasolabial y el acortamiento del labio superior y la aparición de un pliegue en la zona del filtrum o surco subnasal. El motivo más común es una extracción desproporcionada del cartílago o de la espina nasal. Igual que en la mayoría de los casos, los especialistas acostumbran a poner injertos para levantar la punta.
- Retracción alar: Está provocada por una resección exagerada de la porción lateral del cartílago alar. La cicatriz generada tensa y retrae el ala hacia el cartílago, lo que determina que la columela y la piel del vestíbulo queden visiblemente expuestos. Para aminorar este problema, los cirujanos suelen colocar injertos de tejido, algunas veces cartilaginoso, en la cara vestibular del ala o en el espacio existente entre el cartílago alar y el triangular.
- Perforación del tabique nasal: Es una de las complicaciones más frecuentes de la rinoplastia. Si la perforación impide la correcta funcionalidad de la nariz, debe ser corregida por medio del uso de colgajos e injertos sobre la zona del tabique que está perforada.
Como en cualquier operación de este tipo, siempre sugerimos ponerse en manos de los mejores especialistas, con destreza en el procedimiento y con altas experiencias en el tema. Así evitamos disgustos y contratiempos como los que hemos mencionado.
¿Te realizaste una Rinoplastia y has sentido dificultad al respirar? Comparte tu vivencia e inquietudes en nuestra sección de experiencias. 👃🧑⚕️