El peeling químico y el rejuvenecimiento
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La palabra peeling deriva de la inglesa "to peel", que significa pelar, mondar, descortezar. El peeling es una técnica de renovación de la piel a través de sustancias ácidas que realizan un "daño" que elimina los estratos superficiales de nuestra piel.
El resultado será una renovación de sus componentes, una piel con un aspecto mejorado, más uniforme y luminosa.
Probablemente la muda que la serpiente realiza en primavera, con la que trata de encontrar nuevas energías vitales, ha tenido fascinado al hombre hasta tal punto que ha estado tentado de arrebatarle el secreto. El peeling es esto, la renovación de los diferentes estratos cutáneos de la superficie de la epidermis y de una parte de la dermis, cuyo objetivo es obtener una piel de aspecto mejorado. El peeling realiza modificaciones cutáneas a través de la eliminación de la parte más superficial de la piel, lo que conlleva la estimulación del crecimiento celular y la producción de nuevo colágeno, así como de otras sustancias presentes en el espacio existente entre las células. La piel es un órgano dinámico. Cada día se elimina, por medio de un mecanismo fisiológico, un número infinito de células; el peeling es una forma acelerada del proceso natural de exfoliación.
¿Es una técnica presente o se utiliza desde hace tiempo?
La extirpación de los estratos superficiales de la piel para mejorar el aspecto es una práctica que se realiza desde el antiguo Egipto. Lo cierto es que en todas las culturas se ha tratado de llevar a cabo esta práctica. Infinitas son las sustancias utilizadas: azufre, piedra pómez, polvos minerales, polvos de plantas y flores, etc. En el transcurso de la Primera Guerra Mundial se utilizaba el fenol, desinfectante aún en uso que producía, además de efectos antisépticos, importantes efectos cosméticos. También se ha usado el aceite de crotón, entonces llamado solución de Jessner, resorcinol y ácido tricloroacético, hasta que llegamos a la época actual donde se emplea el ácido salicílico, el ácido retinoico, los ácidos de la fruta, el ácido mandélico y el ácido pirúvico.
¿Tiene que disponer el médico de diversas sustancias?
No tanto de diversas sustancias, pero sí de diversos equipos El peeling no es solo un tratamiento químico, sino también físico, como evidencia el uso de nitrógeno líquido, nieve carbónica, diatermia, microabrasión y láser. Se recurre al peeling físico cuando no se pueden utilizar el químico y cuando es necesaria una intervención de orden medio-alto. Generalmente, el peeling se clasifica en superficial, medio y profundo. El superficial destruye desde la epidermis hasta la parte más superficial de la dermis; el peeling medio va un poco más allá, profundizando en la dermis. El profundo, por su parte, llega a la porción media de la considerada dermis reticular.
Teniendo en cuenta que es difícil clasificar este tratamiento en base al "daño" que se determina, la profundidad de acción de un peeling depende, sin embargo, no solo del tipo de ácido utilizado, sino de su concentración, de cuántas capas de apliquen, de la preparación de la piel, del tipo de piel y de la anatomía. Este hecho hace que un ácido que determina un peeling superficial en una paciente pueda ser un peeling medio en otra.
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¿Son tratamientos que deben repetirse continuamente o es suficiente con una sola sesión?
El peeling debe ser considerado como uno de los pasos dentro de un programa más amplio para mejorar nuestra piel, que se repetirá tanto para mantener como para mejorar los resultados. Por tanto, debe formar parte de un programa más amplio con el que el médico cuenta para tratar el envejecimiento cutáneo.
¿Un tratamiento fácil de seguir y con buenos resultados?
Para obtener el máximo resultado es fundamental la reparación de la piel. De este modo, la paciente deberá aplicarse, en las semanas previas al peeling, cosméticos que tengan sustancias ácidas con el fin de reducir el estrato más superficial de la epidermis, con lo que se favorecerá una mejor penetración del ácido aplicado por el médico durante el tratamiento. Se realizará, antes del peeling, una limpieza uniforme de la zona a tratar para evitar una falta de homogeneidad en la piel y, por tanto, también en la propia aplicación del ácido.
Una vez aplicado el producto, el tiempo de permanencia en contacto con la piel varía de un compuesto a otro, de una paciente a otra, y de un tratamiento a otro. Finalizada su acción, el ácido se inactivará y a paciente presentará un eritema más o menos marcado, por lo que se aplicará una crema calmante y se prescribirán cosméticos adecuados para utilizar durante los días siguientes. El eritema desaparecerá completamente al cabo de unas horas y en el transcurso de los días sucesivos se hará más o menos evidente la eliminación del tejido necrótico, siempre según el tipo de peeling.
¿Para qué está indicado el peeling?
Está indicado para tratar el envejecimiento cutáneo, el acné y sus cicatrices, incluso otro tipo de cicatrices, así como también estrías, hiperpigmentación, piel grasa, arrugas y piel apagada. En todos estos casos, no se considera la solución al problema, pero sí una ayuda valiosa con la que cuenta el médico.
¿Tiene efectos secundarios?
También el peeling más suave presenta contraindicaciones que deben considerarse atentamente por parte del médico. Las pieles fácilmente irritables y particularmente oscuras, los efectos de reparaciones cutáneas o con decoloraciones, las cicatrices hipertróficas y los herpes representan las principales contraindicaciones.
¿Puede haber complicaciones tras un peeling?
Las complicaciones son, casi siempre, leves y temporales, pero el riesgo aumenta con el tipo de peeling y, sobre todo, con las diversas concentraciones o con un posoperatorio mal gestionado. Los riesgos mayores se producen cuando el médico no realiza un estudio previo de la paciente en la fase preliminar, sobre todo en casos de decoloración, existiendo la posibilidad de que se formen áreas más oscuras o más claras. A veces puede estar relacionado con la aparición de nuevos herpes. De manera rara, puede darse alguna infección a causa de los microorganismos presentes de manera habitual en la superficie cutánea, o una reacción alérgica.
