Recomendaciones y cuidados en el postoperatorio de la otoplastia
Es una de las cirugías plásticas faciales más comunes y sencillas de llevar a cabo, con una recuperación rápida y sin mayores complicaciones. También es la mejor opción, por no decir la única existente, para cambiar de manera permanente el aspecto de las orejas, logrando una mejor simetría de las facciones del rostro.
La otoplastia es una intervención que tiene como finalidad tratar el problema conocido como "orejas en asa" pues estas suelen sobresalir o estar bastante separadas de la cabeza. Es poco común que este problema se presente en una sola oreja, siempre suelen ser ambas las afectadas.
La raíz de este problema es el mal desarrollo en la circunvolución del cartílago, haciendo que las orejas excedan del cráneo más allá de lo común.
Es una dificultad que trae muchas consecuencias negativas, como suele ser el bullying entre los niños, convirtiéndose en objeto de burlas y malos tratos en el colegio y en la sociedad, llevando consigo problemas psicológicos indeseados y tormentosos para los niños y los padres. Debido a esto, es que la otoplastia se puede realizar en niños a partir de los cuatro años.
De todas las cirugías plásticas existentes en el mercado, la otoplastia es una de las pocas que se puede realizar sin prejuicios en los más pequeños de casa, además de ser lo suficientemente segura como para no generar cambios irregulares durante el desarrollo de los pequeños.
El procedimiento es el siguiente:
La intervención de otoplastia consiste en tallar el cartílago para que adquiera la forma adecuada al tamaño de la cabeza y al paciente. Es rápida y sencilla, solo se emplea anestesia local y en ocasiones se complementa con sedación para mayor tranquilidad del paciente.
El médico cirujano moldea los cartílagos hasta conseguir que las orejas tengan el tamaño y proporciones adecuadas. Por lo general se necesita una sesión para trabajar ambas orejas. El paciente debe pasar unas horas en el centro de realización del tratamiento antes de volver a casa, es un periodo de observación normal que busca comprobar que no se produce ningún efecto adverso a causa de la anestesia ni debido a la propia intervención quirúrgica.
El tiempo de la intervención es variable, ya que cada caso es diferente, aunque lo más común es que el tiempo en quirófano no supere las dos horas.
Se recomienda al igual que en cualquier intervención, aplicar una serie de cuidados a pesar de que el post operatorio será sencillo y se produzca de manera rápida, efectiva y casi indolora.
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Los riesgos:
A pesar de que la operación sea sencilla, rápida y esté exenta de riesgos mayores, se pide de manera rigurosa a los pacientes, para que la herida cure y cicatrice bien y de manera casi invisible, tener los cuidados específicos que indica el médico, para que no surja una mala cicatrización de la herida, no aparezca necrosis en la piel, seroma y, en los casos más graves, no hayan reacciones adversas a la anestesia e incluso embolia pulmonar.
Seguir al pie de la letra las indicaciones del doctor
Es normal que existan molestias como inflamación en la zona tratada los primeros días después de realizada la operación, por eso es que las orejas deben permanecer vendadas para aguantar la posición correcta. Las molestias se pueden tratar sólo con analgésicos, previamente recetados por el médico cirujano.
El vendaje debe retirarse, dos o tres días después de la operación, el paciente puede lucir sus orejas durante el día, pero en la noche se exigen unas vendas especiales para dormir. El paciente puede retomar sus actividades cotidianas a partir de siete días post operado y, en el plazo de cuatro a seis semanas la recuperación será total.
Higiene elemental, Como toda intervención, es de alta importancia seguir ciertos cuidados para obtener una buena curación y evitar infecciones;
- Lavarse todos los días con agua tibia y jabón neutro.
- Secar sin frotar, se recomienda usar aire frío.
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Cuidados básicos:
Cada persona requiere, según su situación, un seguimiento individualizado por el especialista, pero hay puntos iguales para todos, como lo son:
- Dormir con cuidado; este vendaje especial para dormir ayuda a proteger la herida y su correcta cicatrización, aunque pueda resultar incómodo, es importante tratar de no retirarlo de forma accidental, al igual que la cinta protectora que reemplazará posteriormente el vendaje.
- Deporte y actividad física; se aconseja no realizar deporte durante este proceso, pasadas unas cuatro semanas el paciente puede retomar sus actividades de forma gradual. En el caso de los niños, es importante que durante unas seis semanas se eviten juegos rudos y actividades que exijan mucho esfuerzo.
Ya estando recuperado del todo, el paciente puede retomar su vida con absoluta normalidad, pues no existe ningún riesgo, ya que las heridas se han curado totalmente.
Las cicatrices quedan detrás de la oreja y apenas se visualizan, se recomienda para proteger las cicatrices y que no se vuelvan blancas por el sol ,usar un protector solar en la zona al menos veinte minutos antes de exponerse al sol, repitiendo la acción cada dos horas.
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