Dermatitis: causas, síntomas y tratamientos
La piel es una de las zonas más sensibles del cuerpo, debido a que se encuentra muy expuesta. Los rayos del sol, el polvo, la contaminación de la calle, y una infinidad de cosas, pueden poner en riesgo el estado de la piel, sin dejar de mencionar las muchas afecciones que pueden poner en riesgo nuestro aspecto, como sería el caso de la dermatitis.
La dermatitis es una enfermedad no contagiosa que se manifiesta en la piel por medio de eccemas (irritaciones o costras), prurito y enrojecimiento cutáneo. Son varias las causas de la dermatitis, aunque las más frecuentes son hereditarias, digestivas o alérgicas.
Conocer las clases de dermatitis más frecuentes y cómo son sus síntomas, nos ayudará a prevenirla, o, al menos, a minimizar sus efectos sobre nuestra piel, ya que no todas las dermatitis requieren los mismos tratamientos.
Debido a que son varias las causas y tipos de dermatitis, los tratamientos también son distintos. Por eso queremos recoger los tipos más habituales de dermatitis, sus síntomas y cuidados que se deben tener para aminorar las molestias asociadas y contribuir a un mejor tratamiento.
Algunos síntomas son:
Picor, prurito, sequedad de la piel, eccemas, heridas que sangran, costras, nervios, malestar e inquietud por el picor, enrojecimiento cutáneo, pelo graso o que se cae con facilidad, molestias con determinadas prendas de vestir, costras que supuran… incluso fiebre. Como ven son muchos los síntomas de la dermatitis, algunos menos molestos que otros. Lo más importante es saber qué hacer en cada caso.
Recuerda que estos síntomas van a variar dependiendo de cada paciente.
Tipos de dermatitis
La dermatitis atópica. Es una afección crónica de la piel bastante común cuyo origen parece ser hereditario y/o alérgico, puesto que no deja de ser una reacción alérgica de la piel. En muchos casos, los pacientes también padecen otras dolencias como eczemas, asma y otros tipos de alergias.
Se suele manifestar en los más pequeños de la casa y continúa ya en edad adulta, aunque con ligeros matices: durante la infancia se puede manifestar en más ocasiones y de manera más severa, pero estos síntomas tienden a reducirse conforme el paciente crece, por lo que la dermatitis atópica mejora de manera importante. Como es una enfermedad crónica, hay períodos en que está bajo control y otros en los que se manifiesta como brotes de manera virulenta. Dada la gravedad de los mismos, suelen tratarse con cortisona y otros tratamientos que buscan reducir los efectos agresivos de estos episodios.
Sus síntomas son: prurito, costras, picor excesivo, sequedad y descamación de la piel.
Dermatitis por contacto. Es una enfermedad dérmica bastante habitual y alérgica. Sus características son grandes ronchas o ampollas que aparecen en las zonas que han estado en contacto con un material que ha causado la erupción alérgica. Puede ser una prenda de ropa con algún componente específico, una crema, determinado producto de limpieza, una pieza de joyería o de bisutería, un producto químico, un objeto de látex, etc.
Las ronchas o ampollas propias de la dermatitis de contacto se acompañan de quemazón, picor, hinchazón de la piel y enrojecimiento. Solamente un dermatólogo podrá recomendar medicamentos, como por ejemplo corticoides.
Dermatitis seborreica. No es tan frecuente. Sus orígenes son aún imprecisos. No se le considera una afección alérgica y su aparición está más relacionada con el estrés y los nervios, aunque también está asociada por trastornos hormonales. Estas características de piel pueden incidir en originar dermatitis seborreica: tener piel grasa, sufrir acné, padecer de afecciones cutáneas o utilizar productos con alcohol.
Hay algunos especialistas que relacionan la afección con determinadas enfermedades neurológicas.
Para controlar la dermatitis seborreica se utilizan tratamientos basados en ácido salicílico, zinc, ketoconazol, alquitrán de hulla, selenio y resorcina.
Los síntomas más comunes son la aparición de costras, caspa y escamas de grasas blancas o amarillentas sobre el cuero cabelludo, las axilas y las cejas. Además, puede ir acompañada de enrojecimiento de la piel en la zona y de pérdida de cabello. Es más frecuente en los recién nacidos, donde se conoce como costra láctea.
Dermatitis por estasis. También conocida como dermatitis hipostática, gravitacional, ocre o lipoesclerosis, en este tipo de afección las ronchas y eccemas aparecen en las piernas (en el área de los tobillos y la zona anterior de la pierna), junto a manchas oscuras, y está ligada a problemas de circulación como hipertensión venosa de las extremidades inferiores.
¿Hemangiomas? Acá te explicamos los tratamientos disponibles.
Las personas que suelen padecerla tienen problemas de circulación en las piernas e insuficiencia venosa, son mujeres de edad madura o tercera edad.
En relación a los casos anteriores, la dermatitis por estasis es más complicada. Cuando los síntomas son muy molestos el dermatólogo puede recetar corticoides y emolientes para reducir la inflamación e hinchazón de las piernas.
Dermatitis numular. De origen alérgico y suele ser una afección hereditaria. Se manifiesta por la aparición de manchas redondeadas que supuran, también se presentan costras, picor y la descamación que acompañan a estos síntomas.
Según la gravedad de la dermatitis numular, el dermatólogo podrá recomendar el uso de cremas para paliar la sequedad asociada a este tipo de patología. En los casos más molestos, se podrá recomendar el uso de corticoides y antihistamínicos.
Neurodermatitis. También llamada liquen simple crónico, está ocasionada por un picor y rascado desmedido que hace que la piel circundante se endurezca. Está relacionada con problemas emocionales, como estados de nerviosismo, ansiedad, estrés, entre otros. Incluso está asociado a problemas de asma o dermatitis atópica.
Acá el médico podrá recomendar el uso de corticoides o de acetónido de triamcinolona para minimizar las lesiones.
¿Qué cuidados se deben seguir?
Como primera acción se debe acudir al médico para que examine nuestros síntomas, recete el tratamiento adecuado y recomiende los cuidados a seguir dependiendo del tipo de dermatitis que tengamos y de la severidad del brote.
Cuando el paciente presenta estrés, cansancio, estados de nerviosismo o tensión, es posible un aumento de los síntomas y las molestias asociadas. Por eso es recomendable evitar y aprender a reconocer estos episodios.
Para ayudar a evitar la aparición de brotes y para mantener la dermatitis controlada, los expertos recomiendan extremar el cuidado e hidratación de la piel. La aplicación diaria de cremas hidratantes contribuye a mantener la dermis hidratada y reduce la sequedad e irritación de la piel. Los productos con aloe vera son muy beneficiosas para preservar la hidratación, y evitar la sequedad y la descamación.
Un buen consejo es la aplicación de compresas frías para reducir el escozor y el picor. Hervir agua con tomillo e impregnar una gasa con esta solución también puede aliviar los síntomas.
Para el aseo diario es mejor optar por productos neutros, libres de aromas y, por supuesto, de alcohol. Esto, unido a las cremas hidratantes, ayudará a sobrellevar de la mejor manera posible esta enfermedad crónica.
¿Padeces algún tipo de dermatitis? ¿Deseas ir a controlarte con un profesional? Ingresa a nuestro directorio médico y busca el apoyo de un profesional certificado. 👩⚕️🧖♀️