Los 5 pasos de una endodoncia
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La salud de nuestros dientes es clave para tener una sonrisa perfecta, o por lo menos lo suficientemente buena como para poder ofrecer una buena primera impresión. El mundo de la odontología se ha desarrollado a tal punto, que cada vez son más los tratamientos que salen en el mercado con el objetivo de que los pacientes puedan sonreír sin temores.
La endodoncia, conocida habitualmente como tratamiento conducto, es el procedimiento mediante el cual es posible salvar piezas dentales, conoce cuándo es necesario aplicarlo y en qué consiste este tratamiento. Cuando un diente está dañado debemos acudir a un profesional para ver qué se puede hacer para salvarlo. En ocasiones, habrá tratamientos como la endodoncia, para mantener la pieza, en otras, el diente no será necesario o no tendrá solución y se procederá la extracción. Veamos cuando se da cada caso.
Hace años los dientes enfermos se extraían sin más. En la actualidad, el tratamiento de conductos radiculares o endodoncia salva muchos dientes que de otra manera se hubieran perdido. La técnica consiste en la extracción de la pulpa del diente, de manera que deja un espacio al que se vuelve a dar forma y se rellena. Si este problema no se trata a tiempo, se acumularía pus en la punta de la raíz, lo que a su vez derivaría en infección. Esto puede destruir el hueso del diente y provocar fuertes dolores.
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Pasos de una endodoncia
Antes que todo, debes tener en consideración que un tratamiento de endodoncia no es tan rápido como quisiéramos, por el contrario, serán necesarias más de una consulta con el odontólogo para poder terminar el trabajo. En el total de visitas se van a realizar los siguientes pasos:
- Primero se perfora el diente en diferentes zonas dependiendo del tipo de pieza. En los dientes anteriores se perfora la parte de atrás y en los molares o premolares, la corona.
- Más tarde, se retira la pulpa enferma y se limpia para luego proceder a rellenarla.
- Se restaura la abertura de la corona, de manera que se protege el diente hasta la próxima visita.
- En la siguiente consulta se retira el material temporal que se ha colocado para proteger el diente y se inserta uno nuevo denominado gutapercha que será permanente.
- El último paso dependerá de si los dientes son los permanentes o los primarios. En el caso de los permanentes se coloca una corona sobre el diente para devolverle su forma y aspecto natural, sin embargo, en los primarios el conducto es rellenado con un material reabsorbible.
Cuando la endodoncia no es suficiente
Los dientes sometidos a una endodoncia suelen ser más frágiles y propensos a roturas, por lo tanto, hay que tener un mayor control sobre ellos. Sin embargo, hay ocasiones en las que la endodoncia no es suficiente y se tiene que realizar un procedimiento más complicado llamado exodoncia. Este tratamiento se utiliza cuando el diente está totalmente dañado y no hay otra solución que extraer la pieza y la raíz que la acompaña. Aunque es una técnica sencilla, se trata de una pequeña cirugía que se debe realizar mediante anestesia local. Las causas más comunes para proceder a una exodoncia son las caries y las enfermedades periodontales.
Pese a todo hay ocasiones en las que la extracción del diente no tiene que ver con que éste esté dañado, sino que se realizan por razones estéticas y/o de alineamiento.
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Nuestra boca tiene un espacio determinado para la dentadura y en muchas personas salen más dientes del espacio destinado a ellos. En este caso aunque las piezas no tengan ningún problema se extraen, sobre todo en tratamientos de ortodoncia, para obtener una dentadura más bonita y ordenada.
Por lo tanto, podemos decir que la extracción de un diente se realiza cuando:
- Cuando la recuperación o reconstrucción del diente es imposible utilizando cualquier tipo de técnica.
- Cuándo se trata de muelas del juicio, siempre y cuando presenten una patología. No se retiran este tipo de molares cuando sustituyen a otros que se han perdido anteriormente y suponen una ayuda al paciente a la hora de masticar.
- Y por último, como ya hemos comentado, cuando su extracción forma parte de una planificación para el tratamiento de ortodoncia.
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La higien bucal es clave para evitar problemas
Lo ideal sería que no hubiéramos tenido problemas en nuestra dentadura, pero si ya pasamos por esto, ahora es momento de ser responsables con el cuidado de nuestros dientes. La mejor forma de evitar caries o problemas similares, es tener buenos hábitos de higiene. Se recomienda cepillar los dientes luego de cada comida, o por lo menos hacerlo dos veces al día, usar hilo dental de forma regular, por lo menos una vez al día, y por último, ir al dentista por lo menos una vez al año, para que haga un chequeo de rutina y si es posible una limpieza dental.
Todo esto, junto con una buena alimentación, o por lo menos la reducción de hábitos dañinos como comer dulce por la noche y no cepillarse luego, lograrán que la persona evite al máximo tener que pasar nuevamente por un tratamiento de endodoncia o exodoncia.
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