Desde el año 1920, la radiofrecuencia se utiliza en cirugía, con el fin de producir coagulación de los vasos sanguíneos y evitar sangrados. Años más tarde, se descubrió que mediante la transmisión de energía y calor, tiene la capacidad de generar la producción de nuevas fibras de colágeno. Es por ello, que en la actualidad se ha ampliado sus usos, y ha ganado más territorio en el campo de la medicina estética para mejorar la flacidez, la celulitis y arrugas en la piel.
La radiofrecuencia se considera una bioestimulación física, que mediante radiación electromagnética en frecuencias que van desde los 3kHz hasta 300MHz, produce energía, que al entrar en la piel y absorberse, se transforma en calor. Cuando el calor que se produce logra una temperatura entre los 40-45 grados celsius, se logra la producción de nuevas fibras de colágeno por parte de los fibroblastos, mejorando la elasticidad y tensado de la piel.
Hay varios dispositivos de radiofrecuencia en el mercado, como el Thermage, Pellevé, Exilis, Aurora SR, Polaris WR, Aluma, Accent, entre otros. Cada uno tiene propiedades y características especificas, pero se dividen en 3 categorías: monopolar, bipolar o multipolar, según su mecanismo de distribución de energía.
La Radiofrecuencia monopolar o unipolar, es el primer mecanismo de radiofrecuencia que se utilizó para tensado de la piel. Este emite una corriente de energía que va desde un electrodo o polo que está en contacto con la piel hasta una placa conectada a tierra que se encuentra en la piel pero distante al otro polo. La energía fluye de un punto a otro, produciendo calor principalmente debajo del polo que está activo, y muy poco cerca de la placa conectada a tierra.
La radiofrecuencia bipolar, utiliza dos electrodos o polos activos que se encuentran a una distancia específica. Ambos se encuentran en contacto con la piel, y producen una energía alternante, que va de un polo a otro, produciendo calor.
La radiofrecuencia multipolar utiliza varios electrodos o polos, que hacen una distribución de energía de manera cruzada, por lo tanto una producción de calor más intensa y selectiva, trabajando más específicamente sobre el área que se encuentra dentro de los polos.
Actualmente se habla de radiofrecuencia fraccionada, como es el equipo Fixer, que utiliza un mecanismo similar al que ya hemos explicado, con la diferencia que se asocia al uso de microagujas, que hacen pequeñas inserciones en la piel, las cuales permiten que la energía que emite la radiofrecuencia penetre de forma más selectiva.
Debido al calor que se produce, las fibras de colágeno se acortan y contraen, causando el efecto de tensado que se ve luego del tratamiento. Mientras que a medida que se realizan las sesiones que tu médico o esteticista ha indicado, los fibroblastos van a ir generando nuevas fibras de colágeno, ayudando a un efecto más prolongado de regeneración de colágeno.
En las células de grasa (adipocitos), el calor que genera la radiofrecuencia, hace que estas aceleren su metabolismo, favoreciendo su destrucción, mejorando así la apariencia de la celulitis. Además, ayuda a mejorar tanto la circulación sanguínea como drenaje linfático, mejorando la apariencia de la piel de naranja.
La radiofrecuencia está dirigida a mejorar:
Se puede realizar en personas de cualquier tipo de piel, que presente signos de flacidez facial como: párpados, mejillas, piel alrededor de los ojos; o en cualquier parte del cuerpo como: cuello, papada, pecho, brazos, abdomen, o piernas.
Además se utiliza para tratamiento de remodelamiento corporal, cuando se necesita reducir medidas o mejorar áreas con celulitis. Se puede utilizar solo, o en combinación con otras técnicas reductoras.
También hay equipos que utilizan radiofrecuencia para rejuvenecimiento vaginal, en caso de laxitud de la piel o mucosas del área genital, o en personas postparto (con la autorización del ginecólogo). Así mismo, se puede utilizar en personas con leve incontinencia urinaria para mejorar el tono de la piel y ayudar a disminuir el problema.
Hasta hace algunos años, para eliminar la flacidez, celulitis y arrugas en la piel era necesario someterse a cirugías que resultaban dolorosas, prolongadas y que necesitaban de un largo período de recuperación. Desde la aprobación por la FDA en el 2002 para su uso en medicina estética, se han creado numerosos dispositivos de radiofrecuencia que se utilizan en tratamientos estéticos y son una opción para quienes no desean someterse a cirugías. La ventaja de los tratamientos no invasivos como la radiofrecuencia es la posibilidad de iniciarlos a etapas más tempranas, en los primeros signos de envejecimiento y flacidez cutánea.
Es fundamental que investigues y busques un médico o esteticista que esté correctamente calificado para hacer este procedimiento, que aunque se considera sencillo, igual tiene sus riesgos si no es realizado correctamente. Es importante que acudas a una clínica estética o dermatológica que cuente con equipos adecuados que se encuentren aprobados para este uso.
Durante la primera consulta es necesario que te hagan una evaluación integral, para ver qué áreas son las que necesitan trabajar, y si es necesario combinar la radiofrecuencia con otros tratamientos.
Debes de acudir a la primera consulta sin maquillaje en caso de que consultes por flacidez o arrugas en la cara. Si tu consulta es por flacidez o celulitis en otras partes del cuerpo, el médico o esteticista hará una evaluación completa, y te explicará cuáles son los resultados que puedes obtener. Siempre se tomarán fotografías iniciales para poder realizar los controles después del tratamiento. Es importante que le comuniques todas tus inquietudes para que puedas aclararlas.
Dependiendo de la máquina que vayas a utilizar, puede ser necesario colocar hielo o crema anestésica antes del procedimiento.
El tratamiento no requiere de anestesia y dura alrededor de una hora.
Los efectos secundarios son pocos, y de corta duración. La piel va a estar un poco enrojecida y el área que se trabajó estará un poco hinchada y sensible. Dependiendo del tratamiento que estés realizando, estos efectos pueden ser de mayor o menor intensidad, por ello es importante que apliques compresas frías o hielo para disminuirlos.
Se realizan 2 a 3 sesiones mensuales y luego se realiza una sesión mensual de mantenimiento.
Así mismo, es importante que el paciente mantenga la piel hidratada después del tratamiento, así como evitar cualquier tipo de exposición al sol durante los días posteriores.
Cualquier síntoma que no te haya mencionado el médico o esteticista, debes de reportarlo inmediatamente, al igual que si empiezas a observar que aparecen ampollas, manchas o erosiones en el área.
Después del procedimiento, el colágeno se retrae, lo que da el efecto ¨lifting¨. Con el paso de las sesiones, se regenera el colágeno en las capas profundas y entre los beneficios podemos observar una piel más tersa, con menos arrugas, mejora la apariencia de la celulitis y la flacidez. Usualmente esto lo podemos obtener a partir del primer mes, y depende del estado inicial de la flacidez de tu piel y del área que estés tratando.
El principal riesgo es padecer una quemadura en la piel, cuando no se ha mantenido temperaturas controladas durante el procedimiento, o en casos en que no ha habido un buen cuidado después de haberse realizado el tratamiento. Es importante que evites exponerte al sol o a temperaturas elevadas durante los días posteriores.
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