Carillas dentales

Tener unos dientes bonitos nos puede hacer sentir más seguros ya que la sonrisa suele ser nuestra carta de presentación al mundo. Las carillas son una buena opción para mejorar el color o la posición de los dientes mejorando el aspecto de la sonrisa de forma rápida, indolora y duradera.

Las carillas dentales son unas prótesis que se adhieren fijamente a la cara anterior de cada diente. De esta forma, se busca mejorar los aspectos estéticos como el color, posición de la dentadura o forma y tamaño del diente. En el caso de la forma del diente, estos pueden ser agrandados cuando el paciente tenga un diente muy pequeño o corto. También se pueden utilizar para cubrir dientes rotos o que han perdido su calidad con el desgaste de los años.

Existen tres tipos de carillas dentales que son las más comunes:

• Las carillas de resina: El material es a base de resina acrílica mezclada con cerámica. Estas se colocan encima del diente y posteriormente el odontólogo procede a darles la forma y tamaño que se requiera. Finalmente, cuando se ha conseguido el resultado estético deseado, se utiliza una luz ultravioleta que sirve para endurecer la pieza. Este tipo de carilla tienen algunas ventajas. Resultan menos costosas, el tiempo del proceso es más rápido porque generalmente no requieren ser creadas en un laboratorio externo y en caso de que se fracturen o sufran algún daño, resultan más fáciles y rápidas de reparar. Dentro de las desventajas podemos mencionar que tienen una duración menor (entre 5 y 10 años), pueden cambiar el color con el tiempo y deben ser mantenidas periódicamente por el dentista.
• Las carillas de porcelana: Constan de una cerámica de vidrio que se refuerza con otros materiales como la leucita. Esto lo hace un producto más resistente, de mayor duración y de mayor similitud a la calidad original de los dientes. Se elaboran en un laboratorio dental, por lo que el proceso en general toma más días. Para este proceso se requiere tomar las medidas de los dientes y luego diseñar en el laboratorio las carillas personalizadas. Finalmente, se colocan sobre el diente con un potente adhesivo. Dentro de las ventajas podremos mencionar que son más duraderas (entre 10 y 15 años), su apariencia luce más natural y el color no varía a pesar de los años. Es un material que tampoco necesita ser revisado y mantenido periódicamente por el odontólogo debido a la buena calidad del producto. Dentro de las desventajas podemos mencionar su precio más elevado en comparación a la carilla de composite. Además, en caso de que llegue a romperse, se debe realizar otra pieza completa en laboratorio. Por último, antes de colocarla sobre el diente, va a ser necesario limar el diente original lo que puede ocasionar sensibilidad dental.
• Las carillas Lumineers: Son un gran avance en estética dental porque tienen un mínimo espesor y se adaptan a los dientes dando la forma y el color más adecuado para cada caso. Estas carillas tienen una larga duración porque están realizadas con un material muy resistente. Su principal ventaja es que no hace falta rebajar el diente para proceder a su colocación ya que son muy delgadas. Además, los resultados son muy naturales.

Se recomienda siempre elegir un odontólogo con experiencia. Es un tratamiento que requiere mucha precisión y conocimiento del tema. Por eso, se debe acudir a un odontólogo con estudios en estética dental. 

Pese a que todos los odontólogos tienen capacidad para poner carillas de porcelana, los que han realizado cursos en el área de estética dental pueden lograr un trabajo de mayor calidad y unos resultados más naturales. A parte del profesional, la clínica tiene que tener las instalaciones adecuadas y debes sentirte cómodo, comprendido y en buenas manos. En ocasiones, puede ser necesario visitar varias clínicas para comparar y ver qué opciones te ofrecen. Recuerda que no debes basar tu decisión solamente en el precio.