En algunas personas el aumento de peso se convierte en una enfermedad que afecta la calidad de vida de quien la padece, en ese caso paciente y doctor pueden llegar a determinados consensos para lograr una pérdida de peso bajo parámetros saludables y seguros donde la calidad de vida y la salud del paciente mejore, uno de estos posibles tratamientos para la obesidad es la banda gástrica.
La banda gástrica es una cirugía que consiste en la instalación de un anillo ajustable de silicona alrededor de la parte superior del estómago, esto crea una pequeña bolsa donde se depositará el alimento. La banda o anillo limitará la cantidad de alimentos que se pueden consumir, proporcionando una sensación de saciedad al paciente después de comer determinadas cantidades de alimentos.
Esta operación es recomendada a personas con un sobrepeso que se encuentre más arriba de la media y permite una pérdida de peso progresiva pero constante después de algún tiempo de la cirugía. Tras el tratamiento quirúrgico, el médico puede ajustar la banda para hacer que los alimentos pasen más lenta o rápidamente a través del estómago, e incluso se puede retirar si el paciente así lo desea.
Por lo general, los pacientes sometidos a la banda gástrica son aquellos pacientes que no pueden perder gran cantidad de peso a largo plazo mediante programas de alimentación y cambio de estilo de vida, o si tienen problemas de salud graves causados por la obesidad.
Los médicos a menudo utilizan el índice de masa corporal (IMC) para determinar su elegibilidad. Este tratamiento quirúrgico solo es aplicable para personas con un índice de masa corporal (IMC) de 30 kg/m2 o superior, o bien de 28 kg/m2 con patologías asociadas (diabetes tipo II, hipertensión, artrosis de rodillas…).
Al ser un procedimiento poco invasivo y reversible que ayuda a perder peso y a mantenerlo, el paciente puede solicitarlo por sí mismo, pero realmente es el cirujano bariátrico quien luego de determinados análisis concluye qué procedimiento es el mejor curso de acción para las necesidades y los objetivos individuales del paciente.
Para elegir el cirujano que realice este tipo de procedimiento, lo primero que debe hacer el paciente es informarse sobre el procedimiento en sí, investigar por sí mismo los pros y contras, apuntar cualquier duda que le surja en su investigación para que cuando llegue el momento de ir a las distintas clínicas tenga un bagaje mínimo sobre la cirugía.
Tras esta investigación previa, se deben buscar las respectivas clínicas que realicen este tratamiento, se recomienda indagar en más de una clínica, ya que es muy importante que el paciente se sienta tranquilo y seguro con el procedimiento y el profesional que lo va a realizar. A partir de esto, se debe analizar el número de procedimientos especializados que la clínica realiza, verificar que el profesional médico cuente con los títulos obligatorios y que esté en una sociedad avalada en el país, preferiblemente en la especialidad de la operación.
Después de que el cirujano o especialista cumpla con estas condiciones, el paciente debe hablar y solucionar cualquier tipo de duda que le surja, analizar la relación paciente-médico, y en lo posible, buscar testimonios de pacientes ya operados. Aunque ningún procedimiento quirúrgico es el mismo en cada paciente, esto puede dar una idea de lo que será el resultado final.
En la primera consulta dependiendo de la clínica y el profesional médico, se realizará un protocolo básico de análisis del paciente donde se determinará por medio de exámenes y estudios si el paciente es apto o no para someterse al procedimiento quirúrgico de banda gástrica.
En caso de que el paciente sea apto para el procedimiento, se le realizarán una serie de valoraciones para evaluar su estado de salud, se descartarán causas secundarias y se explicará de forma detallada el proceso pre y postoperatorio.
Este es el momento idóneo para que el paciente resuelva todas sus dudas e incluso se recomienda solicitar al profesional médico testimonios de personas que se hayan sometido al mismo procedimiento o que cuenten con un historial médico similar.
Además de las valoraciones rutinarias y obligatorias para cualquier tipo de cirugía invasiva, algunas clínicas realizan un análisis psicológico para medir el compromiso y cumplimiento de las restricciones que conlleva la cirugía.
Al prepararse para cualquier cirugía de pérdida de peso, el paciente debe comprometerse con los cambios dietéticos y de estilo de vida necesariospara el éxito del procedimiento. Ya que es claro de por sí que el tratamiento quirúrgico ayudará a que la persona llegue a su objetivo en la báscula, es necesario que este empiece a implementar cambios desde antes de su cirugía para que todo llegue al término esperado.
Además de estas lógicas recomendaciones es importante corroborar que se hayan hecho todos los debidos análisis y que el paciente haya sido visto por un profesional quirúrgico y un profesional anestesiólogo.
La intervención se realiza por vía laparoscópica, una técnica poco invasiva que permite la visión de la cavidad abdominal con la ayuda de una lente óptica. A través de una fibra óptica, por un lado, se transmite la luz para iluminar la cavidad, mientras que se observan las imágenes del interior con una cámara conectada a la misma lente, colocándose la banda justo debajo de la unión esófago-gástrica.
El procedimiento a menudo toma de una hora a hora y media, y generalmente se realiza bajo anestesia general, es un tratamiento quirúrgico poco invasivo ya que se hace por medio de pequeñas incisiones en el abdomen y una laparoscopia.
En primera instancia se coloca la banda gástrica alrededor de la parte superior del estómago, y el tubo unido a la banda es accesible a través de un canal bajo la piel del abdomen. Usando este canal, el cirujano inyecta solución salina en la banda para manipularla.
Se hacen ajustes para alterar el grado de constricción alrededor del estómago. La banda crea una pequeña bolsa estomacal por encima, con el resto del estómago por debajo.
La bolsa estomacal más pequeña reduce la cantidad de comida que puede ser retenida en el estómago en cualquier momento. El resultado es una mayor sensación de saciedad después de ingerir una menor cantidad de alimentos.
Una de las ventajas de la banda gástrica “es la rapidez con la que se da de alta al paciente. En unas horas puede estar en su casa y sin sufrir dolor postoperatorio. No existen casi riesgos ya que no se altera la anatomía normal del tubo digestivo. Además, aunque la banda gástrica ajustable está diseñada para llevarla siempre, en caso de retirada su extracción es sencilla y devuelve al tubo digestivo su anatomía normal”
La estancia en el hospital oscila entre 12 y 24 horas y la incorporación a la vida normal es prácticamente inmediata.
Teniendo en cuenta esto, el postoperatorio de la banda gástrica es sencillo, pero también está determinado por la agudeza de la dieta de las primeras semanas, esta dieta será regulada por el nutricionista y el profesional bariátrico que le haya realizado la cirugía, pero básicamente consta de una dieta líquida los primeros días, pasando a una dieta semilíquida hasta llegar a la dieta de mantenimiento y control.
Normalmente, tu primera cita de control se programará de 4 a 6 semanas después de la cirugía, y durante el primer año deberías tener un control mensual con tu equipo bariátrico. También es necesario mencionar que en estos controles se puede determinar el ajuste de la banda gástrica y el número de veces que deberían hacerse, que en este caso solo depende exclusivamente del estado del paciente y de cómo haya asimilado la cirugía.
Se recomienda reposo de 3 a 6 semanas, donde las actividades que se realicen sean suaves y no lleguen a causar dolor, se pueden subir escaleras y caminar de manera suave. No se recomienda estar acostado o sentado por mucho tiempo.
En general el primer mes puede ser un poco difícil adaptarse a los cambios que implica una cirugía como esta, pero después de empezar a notar los resultados, estos cambios resultarán cada vez menos laboriosos.
Los resultados del tratamiento quirúrgico de la banda gástrica son en su mayoría positivos ya que hay un alto grado de la posibilidad de pérdida de peso a largo plazo para las personas con obesidad. Claro está que para que el tratamiento llegue a su nivel más alto de efectividad el paciente debe ser cuidadoso y responsable de su postoperatorio. Su dieta debe ser vigilada por un nutricionista, y en lo posible, se debe acompañar por un estilo de vida más saludable y activo. Pero en general los resultados son los siguientes:
En general, los pacientes que se someten al procedimiento quirúrgico de la banda gástrica reportan satisfacción al respecto de la perdida de peso y el progreso de su salud.
Aunque los riesgos o contraindicaciones de la banda gástrica son menores en comparación con otros tratamientos quirúrgicos para pacientes con obesidad, aún así hay un porcentaje que puede contraer algunos efectos secundarios después de la operación.
La mayoría de estos riesgos están relacionados con los procesos gástricos como la irritación de la mucosa gástrica (gastritis), úlceras y perforación gástrica, claramente estos riesgos son manejables y se pueden evitar con un tratamiento antiácido y un buen control médico. Otro de los efectos secundarios que se presentan en el paciente son el reflujo gastroesofágico, el cual es causado debido al cambio drástico de la capacidad del estómago; este último va disminuyendo en la medida que el organismo y el estómago se va adaptando a los nuevos procesos de la ingesta de los alimentos.