La alopecia es una enfermedad autoinmune muy común, tanto que, según los datos recopilados por la Fundación Nacional de Alopecia Areata de Estados Unidos, 150 millones de personas padecen este trastorno en todo el mundo.
Puede afectar a hombres y mujeres de todas las edades y causa pérdida de cabello y, en algunos casos, incluso la pérdida de barba o vello facial o corporal, causando vergüenza y angustia psicológica para quienes la padecen. Las causas que generan esta enfermedad son muchas, y también lo son las formas en que se puede presentar.
Es un término genérico que indica la pérdida o degradación del cabello que puede llevar progresivamente a un adelgazamiento o a una desaparición total.
Puede afectar:
No hay solo una, existen diferentes tipos y puede ser un indicador de diferentes enfermedades. Las más difundidas son la areata y la androgenética, y la última en particular, afecta al 70% de los hombres y al 40% de las mujeres.
Los hombres y las mujeres de todas las edades, incluidos los niños, pueden sufrirla. En general, en los hombres la pérdida de cabello se centra en las sienes y en la parte superior, mientras que en las mujeres hay un adelgazamiento generalizado en la parte superior de la cabeza.
La pérdida de cabello puede depender de muchas causas y factores, no todos reconocidos o fácilmente identificables, por lo que es esencial ponerse en contacto con un médico con experiencia en dermatología y tricología. El especialista podrá evaluar cuidadosamente todos los síntomas del paciente, identificar correctamente las causas que han producido la pérdida del cabello y, sobre todo, indicará qué terapias seguir para eliminar o mitigar el problema.
Entre las causas más comunes pueden ser identificados:
Además, algunos de los factores que contribuyen a su desarrollo también pueden ser influencias ambientales externas, como la contaminación del aire, el daño atmosférico o la exposición excesiva a los rayos UV.
El estilo de vida y los hábitos diarios siempre pueden tener un impacto negativo en nuestra salud o en la acentuación y empeoramiento de algunos síntomas o enfermedades. Y esto también afecta a las personas que sufren la pérdida de cabello.
De hecho, la causa de la alopecia también se puede identificar en una combinación dañina de estrés emocional, malos hábitos y malnutrición que puede debilitar el cabello, haciéndolo más delgado y opaco, y en consecuencia, acelerando la pérdida.
Hay algunos mitos que deben ser disipados en cuanto a las causas que promueven la pérdida de cabello. De hecho, el cirujano subraya que, a diferencia de muchas personas, el uso de sombreros y cascos o el lavado frecuente no influyen en la pérdida del cabello.
La mejor forma de prevenir la caída es detectarla a tiempo para que un especialista nos indique el tratamiento más adecuado. Haciéndolo al inicio es todo mucho más sencillo.
Como ya hemos visto, la palabra alopecia es un término genérico que simplemente indica la pérdida de cabello, de hecho literalmente significa "zorro" en griego (alópex) por la característica pérdida del cabello en parches que el zorro sufre durante la primavera.
Hay, por lo tanto, diferentes tipos, cada uno de los cuales presenta una etiología y un curso diferente entre sí.
La rama de la medicina que trata la piel y el cuero cabelludo es la dermatología, por lo que el médico especialista que se ocupa del cuidado del cabello y, en consecuencia, también la alopecia, es el dermatólogo.
Para cualquier tratamiento médico, siempre es esencial ponerse en contacto con cirujanos médicos especializados y acreditados:
Según los profesionales la mejor clínica es la que tiene unas instalaciones y equipos óptimos para realizar los tratamientos. Además, el especialista debe tener experiencia y estudios, certificados y permisos que lo capaciten para poder ejercer.
Durante la primera visita, el médico tendrá la oportunidad de evaluar el grado de alopecia, la extensión de la pérdida de cabello y el estado del área del donante en caso de que deba optar por un autotrasplante capilar.
El dermatólogo, después de recopilar toda la información sobre el estado de salud y la historia clínica del paciente, realizará un examen físico y le indicará la realización de algunos exámenes específicos. Las pruebas que pueden ser requeridas por el especialista con el fin de formular un diagnóstico correcto y tratamiento necesario:
Los pacientes con con pérdida de cabello pueden recurrir tanto a una terapia médica como quirúrgica. En el primer caso, hay varios ingredientes activos que pueden ayudar a contrarrestar los efectos de esta enfermedad. En particular, el PRP (Plasma Rico en Plaquetas, extraído de la propia sangre del paciente), que gracias a los factores de crecimiento de las plaquetas puede estimular los bulbos del cabello y por lo tanto el recrecimiento del cabello.
Según los especialistas de Svenson, en una pérdida de cabello más avanzada lo más habitual es hacer un microinjerto o aplicar un sistema de integración capilar. Si tenemos unos primeros síntomas nos iríamos a la línea de tratamiento tanto médico como cosmético.
En lo que respecta a la terapia quirúrgica, existe la posibilidad de lograr un autotrasplante capilar, que consiste en la transferencia de los bulbos de pelo de un área donante al área que presenta la pérdida. El trasplante se puede realizar principalmente con dos técnicas:
El trasplante de cabello no tiene contraindicaciones particulares, por lo que prácticamente todos los tipos de pacientes pueden someterse a este tipo de cirugía, siempre que el paciente no sufre de enfermedades autoinmunes que pueden reducir la eficacia del resultado de la misma acción. El resultado final será apreciable después de aproximadamente 6-8 meses desde la operación, es decir, cuando se pueda evaluar el grado de crecimiento de todos los bulbos implantados.
Para aquellos que no quieren someterse a la cirugía de trasplante, existen otros tratamientos médicos, entre los cuales el mencionado anteriormente Plasma Rico en Plaquetas, debido a sus propiedades de regeneración y bioestimulación ayudan a combatir la calvicie. La infiltración de plasma rico implica un ciclo de algunas sesiones cuyo número será establecido por el especialista sobre la base de las características del paciente.
Otra opción es la bioestimulación, un procedimiento de inyección que consiste en la inyección de vitaminas y minerales para estimular la reactivación de los bulbos capilares. En este caso, se necesitan al menos 6 sesiones con el fin de obtener un buen resultado.
En el caso de los trasplantes capilares, la tasa de éxito del procedimiento quirúrgico suele ser muy elevada. De hecho, según los profesionales de Svenson, el 93% de pacientes están satisfechos con el tratamiento y 8 de cada 10 notan una evolución positiva del cabello.
Cuando se realizan tratamientos médicos, los pacientes suelen estar en una fase más temprana de calvicie, por este motivo, si se realizan los tratamientos como prevención y en el momento adecuado, suelen ser efectivos.
No hay que olvidar que la calvicie puede afectar a la autoestima de quien la sufre, por este motivo, recuperar el pelo suele ser sinónimo de felicidad y más seguridad en uno mismo.
Las complicaciones son extrañas pero como en todo procedimiento, pueden producirse algunas contraindicaciones. Las más comunes sobretodo en los injertos capilares son las siguientes:
Hay que tener en cuenta que, en caso de quedar cicatrices, se suelen tapar perfectamente con el pelo por lo que no quedan visibles.
Para evitar complicaciones es fundamental contar con el profesional adecuado y hacer el seguimiento pertinente.