Alternativas médicas para evitar las mallas vaginales
En la década de los 90' se comenzaron a utilizar mallas vaginales para evitar el prolapso femenino. Sin embargo, numerosos problemas asociados a esta técnica, han provocado que cada vez sea menos considerado para afrontar problemas de suelo pélvico, situación que más del 50% de las mujeres pueden sufrir alguna vez en la vida. Descubre las alternativas disponibles.
Una mujer embarazada puede experimentar las sensaciones más profundas y bellas por su bebé y todo lo que conlleva. Pero la verdad, es que esta gran felicidad viene acompañada de cambios físicos que toda mujer vive de alguna u otra manera. Hablamos de estrías, piernas hinchadas, sobrepeso, incontinencia urinaria o inconvenientes a la hora de tener relaciones sexuales, situaciones que pueden llevar a problemas en la vida personal significativamente.
Durante estos nueve meses el cuerpo de la mujer sufre muchos cambios, los tejidos se estiran a medida que el bebé crece, y el cuerpo del pequeño causa presión en el suelo pélvico; además, con el parto esta estructura de músculos y ligamentos que sostiene la vejiga y el útero se afloja y queda laxa, lo que, en algunos casos, acaba desembocando en un prolapso de los órganos pélvicos, esto significa que el útero y la vejiga se desplazan de su posición normal, debido al debilitamiento de la estructura pélvica. Las consecuencias más indiscutibles de ello son incontinencia urinaria y problemas para mantener relaciones sexuales.
El prolapso pélvico se encuentra asociado al embarazo y la menopausia, la cual también acarrea un descenso significativo de los órganos pélvicos. Del mismo modo, se sabe que intervenciones como la extirpación del útero (histerectomía), ya sea parcial o total, puede generar un descenso de la uretra debido a la pérdida de sujeción de la estructura que sostiene este órgano.
Otras situaciones que tienen efectos negativos en la tensión muscular de este sostén pélvico es el estreñimiento y la obesidad. Es más, los expertos señalan que más del 50% de las mujeres tendrá que someterte a una intervención para corregir problemas en el suelo pélvico. De ese 50%, más del 10% tendrá que pasar por quirófano.
¿Conoces las mallas vaginales?
Durante la década de los 90 en países como Estados Unidos o Reino Unido comenzaron a emplearse las mallas transvaginales para corregir el prolapso pélvico..Estas mallas son implantes realizados en poliuretano que se colocaban en el tejido de la vagina para sujetar aquellos órganos que han sufrido prolapso, que puede ser el útero o la uretra.
Desde el año 2008 comenzaron a conocerse problemas asociados al uso de estas mallas vaginales. De todos los problemas descubiertos, los más usuales fueron los dolores en la zona de los abdominales y la vagina.
Fue la Agencia de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) la que recogió más de un millar de informes de pacientes estadounidenses que sufrían estos problemas como consecuencia de la implantación de la malla vaginal. Igualmente, 700 mujeres australianas también denunciaron su caso ante los tribunales, y se calcula que cerca de 100.000 mujeres alrededor del mundo lo han usado.
Los riesgos ocasionados por las mallas transvaginales
Además de los intensos dolores abdominales que ocasionaban a muchas mujeres, estas mallas traían malestares como dolores punzantes, y otros problemas no menos importantes que ponían en riesgo la calidad de vida y la salud de estas pacientes, como es el caso de:
- Infecciones constantes.
- Problemas para concretar relaciones sexuales (las mujeres sufren durante la penetración y episodios de sangrado en el transcurso de la misma).
- Perforación de algún órgano pélvico.
- Molestias causadas por el roce de la malla en la vagina.
- Problemas urinarios como dolor, infección, escozor, etc.
Muchas de estas mujeres continúan teniendo problemas, lo que ha disminuido su calidad de vida, incluido su vida íntima, puesto que, debido a que la malla se localiza próxima a algunos nervios, no se ha podido retirar. Dado la gravedad de los riesgos, la FDA tuvo que repensar el uso de estos implantes como método para tratar el prolapso pélvico. En el año 2011 por medio de un comunicado, aconsejó elegir otros métodos para paliar estos problemas y optar sólo por la colocación de estas mallas como última opción.
¿Qué otras alternativas hay al prolapso pélvico?
La medicina estética pone a disposición de las mujeres con problemas de debilitamiento pélvico varios tratamientos alternativos que permiten recuperar su calidad de vida íntima y personal. Algunos son mínimamente invasivos y no requieren pasar por quirófano; otros, en cambio, obligan a someterse a una cirugía. Veámoslas…
Métodos sin cirugía
Rejuvenecimiento vaginal con láser. Revolucionario procedimiento, completamente indoloro, que no conlleva pasar por quirófano ni hospitalización. El láser ayuda a mejorar el tono muscular y reconstruye el suelo pélvico, además, el tratamiento logra reducir la incontinencia urinaria y fortalecer la vagina.
Ejercicios pélvicos. Técnica sencilla que consiste en la realización de ejercicios para fortalecer el tejido muscular que sostiene los órganos pélvicos, es la primera solución que aconsejan los expertos para aquellas mujeres que han tenido partos naturales, múltiples embarazos, o se encuentran en la menopausia. Si las dificultades no son muy peligrosas, la realización de estos ejercicios por sí solos puede reducir de manera considerable el problema.
Mira aquí la solución a la pérdida de orina.
Pesarios vaginales. Aparato que se pone en la vagina para recolocar el útero y reducir el descenso de este órgano. A diferencia del láser, la colocación de pesarios puede presentar algunos riesgos. Las mujeres optan por el pesario cuando no son candidatas para el uso del láser y no desean someterse a una operación quirúrgica.
Métodos quirúrgicos
Vaginoplastia. La intervención más aconsejable cuando el prolapso pélvico es muy grave o no encuentran solución efectiva con los tratamientos no quirúrgicos. Se realiza por medio de una incisión practicada entre la vagina y el ano, donde el cirujano logra tensar los tejidos y estrechar la vagina.
Si ya has dado a luz varias veces, el paso de los años ya se sienten en esta zona intima, sufres incontinencia urinaria, o tienes problemas para mantener relaciones sexuales satisfactorias, debes ponerte en contacto con un ginecólogo, especializado en cirugía íntima, para que estudie tu situación y te recomiende el mejor tratamiento o intervención en función de tu problema.
Si quieres saber más sobre tratamientos estéticos en la zona intima, te invitamos a que despejes todas tus dudas en nuestra sección de pregunta al doctor. 🤷♀️👩⚕️